La actividad física y tener una vida activa es un componente esencial para mantener un estilo de vida saludable, pero en ocasiones una mala práctica puede llevar a lesiones comunes como por ejemplo, las fracturas por estrés.
Estas fracturas se generan por sobrecarga en los huesos y se suelen generar cuando nos sometemos a una sucesión de esfuerzos repetitivos y excesivos para nuestro cuerpo sin aportar el descanso necesario.
En este post hablaremos sobre qué son exactamente estas fracturas por estrés, cómo se generan, cuáles son sus causas y cómo podemos prevenirlas para evitar su aparición.
Qué es una fractura por estrés
Una fractura por estrés o también denominado fractura por sobrecarga, es una lesión ósea que se produce como el resultado de una carga excesiva o repetida en un hueso llevándolo a superar su capacidad de resistencia. Estas lesiones suelen ser muy comunes en personas que realizan actividades físicas intensas y que además no dejan el tiempo necesario de descanso a su cuerpo.
Cuando se generan fracturas por estrés, el hueso que se ve afectado experimenta pequeñas fisuras microscópicas que al principios pasan desapercibidas, pero que con el tiempo se van acumulando, acentuando la problemática y debilitando la estructura ósea, dando lugar al desarrollo de una fractura completa del hueso.
Los síntomas de este tipo de fracturas incluyen dolor localizado, inflamación, sensibilidad al tacto y enrojecimiento entre otros. Sin embargo, a pesar de presentar estos síntomas y de sufrir la lesión, en ocasiones su detección no es sencilla, ya que es posible que no se detecte a través de una radiografía hasta pasadas unas semanas.
Si bien es cierto que las fracturas por estrés pueden ser más simples, ya que no incapacita la zona por completo, es importante que se trate de forma adecuada, ya que es posible que aumente su tamaño y se derive posteriormente en una ruptura total del hueso, generando así una lesión mucho más importante. Esta no es la única consecuencia que se puede generar a raíz de este tipo de lesiones, ya que es posible que si su curación no es la correcta se generen más fracturas y problemas crónicos en la zona.
Tipos de fracturas por estrés
Existen diferentes tipos de fracturas por estrés que se pueden generar, las cuales pueden ser generadas por diversas causas y factores. A continuación explicamos las más comunes:
- Fracturas por esfuerzo. Las fracturas por esfuerzo son las más comunes, se generan a partir de una carga repetitiva constante sobre el hueso normal. Son comunes en atletas y deportistas que realizan actividad de alto impacto, y la zona más afectada suelen ser las piernas y los pies, pero se puede dar en cualquier parte del cuerpo.
- Fracturas por fatiga. Este tipo de fracturas es muy semejante a las fracturas por esfuerzo con la diferencia de que esta condición se da cuando el hueso no tiene el suficiente tiempo de recuperación de un esfuerzo anterior antes de volver a ser sometido a una nueva actividad que va a requerir que se incorpore un nuevo esfuerzo. Por otro lado, los síntomas que generan son muy semejantes a las facturas por esfuerzo, como lo es el dolor localizado o la hinchazón de la zona, pero con la diferencia de que este de fracturas tiene un tiempo de recuperación mucho más largo.
- Fracturas por insuficiencia. En este grupo se encuentran aquellas fracturas que tienen como raíz una debilitación en el hueso. Esta debilidad puede ser causada por enfermedades como la osteoporosis o tratamientos como la radioterapia. Ante esta condición, al realizar una actividad repetitiva y que implique la incorporación de episodios de fuerza en el hueso, puede provocar su ruptura de una forma mucho más sencilla.
Tratamiento
El tratamiento para las fracturas por estrés dependerá del tipo y la gravedad de la fractura, así como de la edad y la salud general del paciente.
En el caso de las fracturas por esfuerzo, el tratamiento suele ser reposo y evitar la actividad que causó la fractura hasta que la zona se recupere. En algunos casos, para mejorar la recuperación, se pueden necesitar muletas o un yeso para ayudar a la recuperación.
Ante una fractura por fatiga, también es fundamental la incorporación del descanso y evitar la actividad que causó la fractura. Entre los tratamientos utilizados se incluye la atención médica tras la recuperación de la zona, en las cuales se recomiendan sesiones de fisioterapia con el objetivo de fortalecer los músculos y que eviten así futuras fracturas.
Las fracturas por insuficiencia requiere de un tratamiento más especializado, ya que se debe tener presente que tal y como se ha mencionado con anterioridad, suelen ser condiciones médicas sujetas a otras circunstancias.
Ante estos casos es importante contar con un buen especialista en traumatología y fisioterapia, que te guíe por todo el proceso de rehabilitación y tratamiento. De esta forma se permitirá sanar la fractura de forma eficaz, y se evite la incorrecta sanación de la lesión ya que en ese caso es posible que se generen dolencias crónicas.
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