Mediante un estudio biomecánico, es posible analizar con precisión todos los movimientos generados por nuestro cuerpo durante la marcha. Este análisis exhaustivo abarca aspectos como el ángulo de movimiento, el funcionamiento de las articulaciones y la fuerza aplicada en cada paso.
Hoy en día, esta evaluación médica se ha vuelto cada vez más común y reconocida, y se recomienda realizarla a niños a partir de los 3 años de edad. Esta etapa es crucial de su desarrollo, los pequeños comienzan a establecer una marcha más estable, al tiempo que sus músculos y huesos tienen la capacidad de corregir posibles desviaciones de forma natural. Esto, a su vez, facilita la prevención y el tratamiento de potenciales lesiones, mejora el rendimiento deportivo, permite adaptar el calzado y la indumentaria infantil de manera adecuada, contribuyendo significativamente al estímulo temprano en el crecimiento y desarrollo de los niños.
Elementos influyentes en la biomecánica infantil
La biomecánica en la niñez se ve moldeada por una serie de elementos que cuentan con un papel diferencial entre niños y adultos. Hay procesos del crecimiento que solo están presentes en edades tempranas, son los que marcan la diferencia a la hora de realizar un estudio de estas características. Estos factores a atender son los siguientes:
Etapa de crecimiento: En la niñez es cuando se experimenta el mayor crecimiento y desarrollo del cuerpo humano. Esto implica un aumento gradual en su tamaño, peso y proporciones corporales, lo que requiere una continua adaptación de su postura, equilibrio y coordinación.
Esta transición no se produce de manera uniforme ni constante, sino que se caracteriza por períodos de rápido desarrollo intercalados con momentos de menor crecimiento. Además, se ve influenciado por otros factores como por ejemplo la edad, el sexo y la genética, lo cual afecta de diversas maneras a distintas partes del cuerpo, siendo mucho más notorio en las extremidades.
Maduración: La maduración es un proceso amplio que cuenta con un desarrollo neuromuscular, cognitivo, emocional y social. Este proceso engloba habilidades motoras, pero no se limita a esto, sino que también abarca aspectos como la capacidad de razonamiento, la toma de decisiones, las habilidades sociales y emocionales, entre otros.
La maduración, al igual que el crecimiento, se ve condicionados por aspectos como la edad, el sexo y la genética. Sin embargo, también cobra especial importancia otro tipo de condicionantes, como el entorno y las vivencias del propio niño. Se pueden dar casos en los que el niño entra antes en una etapa de maduración sin ir a la par de la etapa de crecimiento correspondiente, dando lugar a una descoordinación entre las capacidades motoras y la habilidad del niño.
Aprendizaje individual de cada niño. A través de la observación, la exploración, el juego y la repetición activa, los niños adquieren nuevas destrezas y conocimientos. Este proceso de adquisición de destrezas es beneficioso para perfeccionar su habilidad en el control de movimientos, así como una mejor comprensión del entorno. Todo esto les permite comprender el espacio y el tiempo, a la par que fortalece su memoria y concentración. Además, es importante destacar que el entorno en el que se encuentran y sus propias motivaciones e intereses también ejercen una influencia significativa en su proceso de aprendizaje.
¿Cómo de beneficioso es la elaboración de un estudio de biomecánica infantil?
La biomecánica aplicada a los niños conlleva una serie de ventajas que impactan positivamente en su salud y calidad de vida. Entre estas ventajas se encuentran:
Prevención de lesiones: El papel que desempeña la biomecánica infantil en la prevención y tratamiento de lesiones asociadas a la marcha es muy importante.
Este estudio es capaz de identificar las causas y los factores de riesgo que pueden llegar a desarrollar problemas de desarrollo, así como ayudar a recuperarse de diferentes lesiones muy comunes en edades tempranas, como las fracturas por caídas, dislocaciones, inflamación de tendones o contracturas musculares. Por otro lado, la biomecánica infantil permite aplicar tratamientos individualizados, considerando las características únicas del niño y su fase de desarrollo, lo que favorece una recuperación más efectiva y segura en caso de lesiones.
Mejora del rendimiento deportivo: A través de este estudio es posible optimizar el entrenamiento deportivo, de manera que se pueda ajustar las habilidades, metas y requerimientos específicos a las capacidades físicas del pequeño. Además, contribuye a perfeccionar la técnica deportiva que se está practicando, identificando los posibles errores que se dan en cada uno de los movimientos.
Adaptación del calzado a las necesidades del niño: Gracias a este estudio podemos conocer mejor cómo es exactamente el pie de los niños, así como sus características individuales, ayudando a identificar las opciones que mejor se ajusten a las necesidades de los pequeños.
Ayuda profesional durante los entrenamientos
La atención temprana a los factores relacionados con el movimiento se revela como un elemento de crucial importancia, no solo en la prevención de malformaciones y lesiones, sino también en la búsqueda de un rendimiento deportivo más destacado.
En la Clínica RC Celta, contamos con un equipo de expertos en el ámbito deportivo dispuestos a acompañarte en tu trayecto. Puedes pedir cita a través de la página web, a través del correo electrónico info@clinicarccelta.es o en nuestro teléfono 886 160 955.