Es posible que con la llegada del frío experimentes más dolores musculares, siendo los más comunes los dolores de espalda. Esto no es una mera percepción, existe una conexión real entre las bajas temperaturas y el dolor vertebral, puede estar vinculado a factores como la presión barométrica y las variaciones climáticas. Estas variaciones de presión pueden desencadenar molestias en las articulaciones, incluyendo aquellas de la columna vertebral.
En muchos casos, las articulaciones y músculos reaccionan de manera sensible al entorno, tornándose más rígidos o susceptibles a lesiones. Esta no es la única razón de los dolores, también se pueden experimentar estos dolores por otras razones, como por ejemplo, el factor de que con la llegada del frío, el mal tiempo y con las horas de luz más limitadas, nuestras rutinas más saludables también se pueden ver afectadas.
El frío y el cambio de rutina
El frío puede afectar de diversas maneras y todo depende de cada uno de nosotros, pero tal y como se mencionó anteriormente muchas de las causas de este dolor de espalda puede ser por el cambio en nuestras rutinas.
Nos movemos menos
Somos muchos los que preferimos la actividad al aire libre en vez de ir a los gimnasios, sin embargo, debido a las bajas temperaturas, salir al aire libre nos cuesta mucho más. Es difícil tomar la iniciativa de salir de casa y como consecuencia nos volvemos un poco más sedentarios lo cual afecta de forma negativa a nuestro cuerpo, provocando que nuestros músculos, incluidos los de la espalda, se vuelvan más rígidos y experimentemos dolores.
Los músculos están fríos
Es importante mantener nuestros músculos calientes, cuando no lo están se vuelven mucho más rígidos y menos flexibles lo cual provoca dolor en la zona afectada. Esta rigidez puede afectar a diversas zonas, sin embargo, es cierto que entre las zonas más sensibles se encuentra la zona lumbar y dorsal aumentando así la incomodidad y restringiendo la movilidad.
La temporada de invierno puede provocar depresión
El invierno viene acompañado de menos horas de luz lo cual puede afectar considerablemente en algunas personas, a esto se le denomina Trastorno Afectivo Estacional.
Cuando estamos deprimidos no solemos tener muchas ganas de movernos y hacer actividad física, fomentando un poco más el sedentarismo. Si juntamos el frío con una menor actividad nuestro cuerpo se resentirá y provocará ciertas dolencias.
Así se comporta el frío en nuestro cuerpo
Entre los dolores más comunes de espalda se encuentran los asociados al estrés o las lesiones existentes en los músculos y ligamentos que soportan la columna. Con la llegada del frío, nuestro cuerpo está mucho más rígido generando que este se resiente y signifique una mayor exigencia para nuestro cuerpo.
Esta rigidez que se presenta en nuestros músculos se debe a un proceso que se da en nuestras arterias y se denomina vasoconstricción. Lo que está sucediendo en este momento es un estrechamiento de los vasos sanguíneos debido a una menor presencia de sangre en las mismas, pero, ¿a qué se debe esta disminución de riego sanguíneo?
Las bajas temperaturas son las responsables de esta disminución sanguínea en las arterias. En nuestro cuerpo hay ciertos órganos muy importantes que demandan continuamente una temperatura estable, entre ellos se encuentra nuestro corazón o nuestros pulmones.
Para satisfacer esas demandas, es necesario que aumente el riego sanguíneo en la zona, provocando que se disminuya en otras. Un ejemplo de ello son ciertos músculos y extremidades, dando lugar a una vasoconstricción de las arterias y provocando dolor.
Acompañamiento médico
Para prevenir el dolor que el frío está provocando en la espalda, una de nuestras mejores herramientas es la incorporación de calor a la zona. Para ello, lo más recomendable es usar ropa abrigada en este tiempo e incluso aplicar calor directo en la zona más afectada.
En el caso de que las molestias no nos dejen seguir con nuestra rutina diaria, podemos acudir a una sesión de fisioterapia la cual nos ayudará a devolver esa elasticidad a nuestros músculos.
En la Clínica RC Celta contamos con fisioterapeutas altamente capacitados que pueden ayudarte a prevenir y curar lesiones. Para acceder a su servicio pide cita a través de la página web clinica.rccelta.es/cita-previa/ , a través del correo electrónico info@clinicarccelta.es o en nuestro teléfono 886 160 955.