La muerte súbita es uno de los eventos más impactantes de la medicina ya que ocurre de forma inesperada y puede afectar a personas de cualquier edad. Sin embargo, llevar un estilo de vida saludable con buenos hábitos alimenticios, ejercicio y reconocimientos médicos regulares, puede ayudar a prevenirla.
¿Qué es la muerte súbita?
La muerte súbita cardíaca ocurre cuando el corazón se detiene de repente, dejando de latir sin previo aviso debido a un cambio en su ritmo, llamado arritmia, o a una falla que bloquea el flujo sanguíneo. Esto puede llevar a la pérdida de conocimiento y, si no se actúa rápido, a la muerte.
Aunque ocurre sin avisar, existen señales y factores de riesgo que podemos identificar para reducir las probabilidades. Aquí es donde un estilo de vida saludable puede ayudarnos.
La importancia del estilo de vida
Es importante que recordemos que la muerte súbita no es algo inevitable pero sí se puede trabajar en reducir el riesgo adoptando estilos de vida más saludables. Al tomar decisiones conscientes en nuestro día a día, podemos mejorar la salud del corazón, reducir el riesgo de arritmias y hacer que nuestro corazón funcione mejor.
La alimentación es muy importante para cuidar nuestro corazón:
- Evita grasas saturadas: estas aumentan el colesterol “malo” y pueden obstruir las arterias, incrementando el riesgo de problemas cardiovasculares.
- Reduce la sal y el azúcar: el exceso de sal aumenta la presión arterial, mientras que el azúcar favorece el aumento de peso.
- Añade antioxidantes a tu dieta: los antioxidantes de frutas y verduras, pescados y frutos secos nos ayudan a reducir la inflamación y mejoran la salud cardiovascular.
La actividad física también juega un papel muy importante a la hora de prevenir la muerte súbita. Realizar ejercicio regularmente fortalece nuestro músculo cardíaco, mejora la circulación y nos ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Es recomendable realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado (como caminar rápido) o 75 minutos de actividad intensa (como, por ejemplo, correr) cada semana.
También es importante que incluyamos ejercicios de resistencia y de fuerza ya que eso nos ayuda a mejorar nuestra salud cardiovascular y a su vez, a mantener un peso saludable.
A parte de mantener hábitos saludables, debemos dejarnos ayudar por profesionales. Por eso, los reconocimientos médicos juegan un papel importantísimo.
- Electrocardiogramas y ecocardiogramas: estos exámenes ayudan a detectar alteraciones en el ritmo y la estructura del corazón, identificando posibles riesgos.
- Medición de presión arterial y colesterol: mantener estos niveles controlados puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
- Consultas con especialistas: un cardiólogo podrá evaluar nuestra salud cardíaca y darnos recomendaciones personalizadas para cuidar mejor de nuestro corazón.
Por último, debemos evitar algunos hábitos que pueden aumentar el riesgo de la muerte súbita. Por ejemplo, el consumo excesivo de tabaco o de alcohol.
Fumar endurece nuestras arterias y aumenta el riesgo de coágulos, lo que significa que hay más probabilidades de sufrir un paro cardíaco.
Beber en exceso afecta a nuestra presión arterial y a la salud de nuestro hígado, lo que a su vez impacta negativamente en la salud de nuestro corazón.
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